Por estas fechas, en mi pueblo (Benagalbón) huele a roscos, a Navidad. Ya hace unos años que antes de Nochebuena quedamos en casa de Julia del Estanco, una buena amiga de mi madre, para hacer estos roscos de vino.
Uno de esos años hice doblete, fui también a casa de María Amalia, otra buena amiga de mi madre, su receta la pondré al final de esta entrada, porque aunque es parecida a la de Julia, tiene algunas diferencias.
Uno de esos años hice doblete, fui también a casa de María Amalia, otra buena amiga de mi madre, su receta la pondré al final de esta entrada, porque aunque es parecida a la de Julia, tiene algunas diferencias.
Roscos de vino |
Nosotros hicimos 3 kilos de harina, pero pongo lo que se necesita por kilo de harina, si se quiere hacer más, sólo hay que multiplicar.
Con esta cantidad que pongo, se pueden regalar unos cuantos… Si no somos muchos de familia.
Ingredientes
Para la masa- 1 kg. de harina de repostería
- 100 gr. de matalahúva (dividido en 3 partes 15gr. - 15gr. - 70gr.)
- 100 gr. de ajonjolí (dividido en 3 partes 15gr. - 15gr. - 70gr.)
- 2 vasos de aceite de oliva virgen extra
- 1 vaso de vino blanco seco
- 1 vaso de azúcar (que no esté demasiado lleno)
- 3 ramas de canela (tamaño “Ducros” o “Carmencita”) ó 2 si son más largas
- 2 sobres de levadura “Royal”
- 1 buen trozo de piel de limón
Los vasos son los normales de agua de toda la vida.
Para freír
- Aceite de oliva virgen extra
Para el rebozado final
- Azúcar glas o granillo (según gustos)
Elaboración
En una sartén se pone el aceite a calentar junto con la piel de limón, que se tira cuando esté bien frita, y en este momento se aparta la sartén del fuego y se echan los 15gr. de matalahúva y los 15 de ajonjolí, de esta forma no se queman, y se deja que se vaya enfriando.
Mientras tanto, en un bol se pone la harina tamizada, la levadura, el azúcar, los segundos 15 gr. de matalahúva y de ajonjolí. En un molinillo de café, se muelen los 70 gr. restantes de matalahúva, de ajonjolí y la canela, y se incorporan al bol. Se hace un volcán y se agrega el vino y el aceite frito con las semillas (debe estar a temperatura ambiente), entonces se empieza a amasar, unos 20 minutos más o menos y luego se deja reposar, tapada con un trapo, 30-45 minutos como mínimo.
Ya sólo queda ir dando forma a los roscos y freírlos en abundante aceite de oliva virgen extra bien caliente o más cómodo en freidora a 180º. Se van sacando a una fuente o plato cubierto con papel cocina para que absorba el aceite sobrante y cuando no quemen mucho, se rebozan en azúcar molido o sin moler (va en gustos), se sacude un poco el sobrante de azúcar y se van colocando en una caja de cartón forrada con papel absorbente.
Mientras tanto, en un bol se pone la harina tamizada, la levadura, el azúcar, los segundos 15 gr. de matalahúva y de ajonjolí. En un molinillo de café, se muelen los 70 gr. restantes de matalahúva, de ajonjolí y la canela, y se incorporan al bol. Se hace un volcán y se agrega el vino y el aceite frito con las semillas (debe estar a temperatura ambiente), entonces se empieza a amasar, unos 20 minutos más o menos y luego se deja reposar, tapada con un trapo, 30-45 minutos como mínimo.
Ya sólo queda ir dando forma a los roscos y freírlos en abundante aceite de oliva virgen extra bien caliente o más cómodo en freidora a 180º. Se van sacando a una fuente o plato cubierto con papel cocina para que absorba el aceite sobrante y cuando no quemen mucho, se rebozan en azúcar molido o sin moler (va en gustos), se sacude un poco el sobrante de azúcar y se van colocando en una caja de cartón forrada con papel absorbente.
El Formado |
Freír de 8 en 8 |
Reposando antes del rebozado final |
Notas
Sobre el reposo que necesita la masa antes de empezar a formar los roscos, otros años hemos sido más impacientes, porque este año en el tiempo de reposo, nos tomamos una infusión tranquilamente y a la masa le vino de maravilla que la dejásemos tranquila todo ese tiempo, se formaban muy bien, no se encogía la masa y no se abrían al freírse.
Cuando se vayan a freír, es conveniente no echar a la sartén más de 8 roscos cada vez, ya que la temperatura del aceite bajaría demasiado y quedarían aceitosos.
En el rebozado final de azúcar es importante que se templen un poco y que hayan dejado el aceite sobrante en el papel absorbente, ya que si se rebozan muy pronto, se les pegará demasiada azúcar, ésta se humedecerá y quedarán igual de buenos pero menos vistosos.
Cuando se vayan a freír, es conveniente no echar a la sartén más de 8 roscos cada vez, ya que la temperatura del aceite bajaría demasiado y quedarían aceitosos.
En el rebozado final de azúcar es importante que se templen un poco y que hayan dejado el aceite sobrante en el papel absorbente, ya que si se rebozan muy pronto, se les pegará demasiada azúcar, ésta se humedecerá y quedarán igual de buenos pero menos vistosos.
Receta de María Amalia
Ingredientes
Para la masa
- 2 kg. de harina
- 100 gr. de matalahúva
- 50 gr. de ajonjolí
- 4 vasos de aceite de oliva virgen extra
- 1 y ½ vasos de vino blanco seco
- ½ vaso de vino dulce
- 1 vaso de azúcar
- 100 gr. de canela molida
- 2 sobres de levadura
Los vasos son los normales de agua de toda la vida.
Para freír
- Abundante aceite de oliva virgen extra
Para el rebozado final
- Azúcar
Elaboración
En una sartén se pone el aceite a calentar, cuando ya se ha frito un rato (se hace así porque si se le echa a la masa en crudo, sabría demasiado a aceite), se aparta del fuego y se echa la matalahúva y el ajonjolí, de esta forma no se queman. Se reserva apartado del fuego para que se vaya enfriando.
Mientras tanto, en un bol se pone el resto de los ingredientes y se echa ahí el aceite frito con las semillas (tiene que estar frío) y entonces se empieza a amasar, unos veinte minutos más o menos, se deja reposar unos minutos.
Ya sólo queda ir dando forma a los roscos y freír en abundante aceite de oliva virgen extra bien caliente, se van sacando a una fuente con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante y, cuando no quemen mucho, se van rebozando en azúcar molido o sin moler (va en gustos), se sacude un poco el sobrante de azúcar y se van colocando en una caja de cartón forrada con papel cocina.
¡Buenísimos! |
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